jueves, 2 de septiembre de 2010

Emilia solitaria. Emilia confundida.


-Entonces... ¿Por qué llorás?



-Fácil. Se me metió en las entrañas. O tal vez lo único que estoy buscando es que alguien me quiera, de la manera que sea.



*****



Era miércoles de terapia familiar, aunque de a poco las sesiones se fueron enfocando a Emilia y sus problemas de inseguridad.



Fabiola, la doctora que trataba los asuntos relacionados con la madre de Emilia, sabía que algo pasaba con ella así que decidió de pronto matar dos pájaros de un tiro.



-A ver, pues. Platicáme. ¿Por qué vos traes puestos esos lentes?

-Porque me ardían un poco los ojos, entonces me los puse para que no me entrara polvo y evitar que se irritaran más.

-Y ¿Por qué te arden?

-Porque lloré.

-¿Por qué?

-Porque no me quiere. Bueno, sí, pero no.

-Explicáte, por Dios.

-Pues dice que nomás puede ser mi amigo. Ya sabés. Teme que si tenemos algo podamos dañar la amistad y bla, bla, bla.



Emilia conocía de sobra el discursito. En esta ocasión le había dolido más que la última vez, hace ya casi cuatro años. Según recuerda, las dos relaciones anteriores habían sido con dos personas que, casi de la misma manera, le vieron la cara de pendeja.



-Lo que pasa es que tenía un ratito que no me sucedía. No me había interesado nadie hasta que él se apareció. Así, de la nada. ¿Sabés? Siempre me habían dicho que dejara de buscar el amor (sentimiento que, por cierto, creo que realmente es algo más químico que emocional). Me decían que se aparecería cuando menos lo esperara. Y así salió, de la nada.

-¿Y luego?

-Pues así nomás ¿qué más querés que te diga? Salimos en varias ocasiones, soltamos algunos besos y ya. Comenzamos por lo más práctico, supongo yo que siempre termino haciendo lo más difícil y en lo fácil es en lo que me atoro. La cagada está en que no soy de las que tiene onditas sin involucrar sentimientos ¿Me entendés? Después del contacto físico (mínimo, por cierto) comenzamos a preguntarnos cosas más personales. Vos sabés que cuando comenzás a charlar de eso y te gusta, ya perdiste. Eso me pasó.

-¿Vos sentiste que te involucraste de más?

-¡Él me involucró! Ya lo dijo Gustavo Cerati en aquella gira de despedida de Soda Stereo: "La culpa la tiene ella. Ella." Aunque en este caso los roles cambian. La culpa la tiene él.



Emilia siempre supo que esa "relación" no iba para ningún lado. Y si tenía algún rumbo ese era más por el plano físico que el emocional.



-Siempre me ha dicho que le gusto, viteh. Me hace sentir bien cuando me lo dice.

-Yo creo que lo que vos estás haciendo es tapar el sol con un dedo. ¡Te quiere tirar y ya, porqué es tan difícil de que lo entendás!

-Y no. Lo que siento es que le da terror involucrarse de más y cometer alguna boludez conmigo. No lo culpo, la verdad es que siempre he tenido ese pedo: cuando se dan cuenta que además de hermosa soy inteligente se quedan bloqueados. Le corren. Y eso, a mí, me da mucha bronca.

-Yo digo que tu inteligencia da para más. ¿De qué te sirve decir y alardear tanto en que vos sos inteligente cuando terminás con el primero que te dice que sos re linda sabiendo que lo único que quiere es tronarte y ya?

-Supongo que no me sirve de nada. Pero bueno, es caso cerrado. Se supone que tendríamos qué hablar de mi vieja ¿no? Entonces hablemos de ella.

-Sólo puedo decirte que tenés que creértela. Sos demasiado lista pero faltá que te des cuenta que merecés mucho más. No tenés porqué conformarte con alguien que por lo que me contás, no tiene para vos lo que estás buscando: amor.



Emilia se cansó de escuchar la misma letanía: "¿Qué te gustá de ese boludo? ¿Qué te dio para traerte tan pendeja? ¡Merecés otra cosa, mirá para arriba!"...



Hizo caso omiso a los comentarios y después de un par de meses decidió verlo otra vez. Parecía que de nueva cuenta los juegos con los que empezaron a conocerse, regresaban.



-Fue la carga de trabajo la que no me daba tiempo para verte, no me alejé por otra cosa.

-Pará, eso ya me lo explicaste y he entendido. ¿Sabés? Este saco no me cierra. Y ya he bajado de peso.

-Yo sé porqué no cierra...

-Ya te dije que pares, viteh. Insisto en que habrá que reducir ciertas partes de mi cuerpo para sentirme mejor. Mi vieja me ha dicho que las cirugías de reducción son menos peligrosas que en las que te inyectan la silicona.

-Mal. Mal. Mal. Debo visitarte pronto antes de que eso pase.

-Y te he dicho que cuando vos quieras...



Corroboró lo evidente. Sólo faltaba mayor claridad en su mente. Apenas una amiga le decía que lo más fácil en este mundo era conseguir sexo. Y sí. Después de una plática por el mensajero, Emilia confirmó que lo único que él quería era "tronarle los huesos". Sin ningún compromiso, por supuesto.



"Y ahora me siento justo como el grande de Cerati. Entono "Ella usó mi cabeza como un revólver"... Aqui estoy. Echada en mi cama, mirando al techo, analizando la letra. Ambigua como es la melodía, golpea crudamente mi imaginación. De pronto me sentí como él, como Gustavo, un objeto que en esa canción llegó a extremos insospechados. 'Después de un baño cerebral, estaba listo para ser amado'... Y sí. Pasará el tiempo y pensaré, de pronto, que el vacío es un lugar normal..."



Emilia decidida. Emilia solitaria. Emilia ansiosa. Emilia, tan boluda.



10 comentarios:

Valeria N. Pérez dijo...

El problema está en que no te das cuenta de lo que vales y accedes a tener lo que los demás te dan, no exiges.

El día que puedas verte al espejo y sepas lo que vales, ese día no aceptaras el ingrato amor.

Admiro la capacidad de desnudar el alma. VNP

la MaLquEridA dijo...

Empieza por creerte lo que eres y lo que tienes.

Lo demás será... siempre lo de menos.

actvservidor dijo...

Emilia decidida. Emilia solitaria. Emilia ansiosa. Emilia, tan boluda.
Emilia enamorada mal. Mal.

Mirá Emilia, tomate las cosas con calma, dejá la cabeza en remojo un rato, alejate, distraete y luego ya lejos de la obsesión del mal amor retomá los pensamientos; ya verás qué diferentes se verán las cosas entonces. El tiempo todo lo cura.

saluos!!

misojoslloraronhastadoler dijo...

Emilia,es muy especial,estoy segura que el llegara,cuando tenga que llegar...y sera igual de especial que ella....

Mafalda dijo...

yo iria emiliana necesitada... y salir a comprar cuando se tiene "hambre" te lleva a "comer" cualquier cosa aún cuando sepas que te dara una gran infección estomacal....

Entiendo perfecto a Emilia... quizá si solo aprendieramos a solo disfrutar y dejar de buscar...
quizá... llegue!

Jo dijo...

a veces pareciera que en lo fácil... nosotras nos la complicamos
a veces ellos tan erráticos uy prácticos lo hacen màs dificil

suponen
deducen
y encaminan todo el rollo para que caigamos

pero es cuando estamos jugando la ruleta rusa decidiendo
dudando
y tirandonos rollos directito a la sien


que dificil

Anónimo dijo...

Emilia necesita amar, tal vez deba empezar por amarse a sí misma, tal vez así alguien decida que amarla es una ganga, que "vale la pena", Emilia es una gran persona. Emilia lee, Emilia sonríe.

Muchos podrán buscar el cuerpo de Emilia, pero cuando llegue aquél afortunado que admire su esencia y se enamore de ella. Dos personas serán infinitamente felices.

Jesús Estrada Sánchez dijo...

To be enamored isn't wrong.
Take chances ;)

Miguel Rodríguez dijo...

Leer este post es como compartir confesiones, secretos y catarsis.

Mis saludos!

CállateTú dijo...

Rumy, el día que pueda verme al espejo será cuando vayamos por el a mi antigua casa, ajaja, Osh.

A mi me fascina desnudarme entre letras, de verdad que sí...

Mami, difícil es creérsela ¿no? Todos somos agua, me dijeron por ahi.

@actvservidor... ¡Pues que el tiempo pase rápido!

Tusojoslloraronhastadoler... Emilia es muy especial, muy pero muy especial...

Mafalda, supongo que eso le falta a Emilia: aprender a disfrutar.

Jo, nos encanta complicarnos y complicar a los demás. Dicen que es uno de los factores que vienen en la cajita de fabricación de los seres humanos.

John... A Emilia ya no le urge tanto amar, de eso está cansada. Creo que lo que busca es que la amen.

Dearseven, trataré de tomar las pocas que se presenten. Bueno, yo no, Emilia.

Miguel... ¡Catarsis, hace falta eso, nada como un buen grito en la azotea!